SEGUNDO DILUVIO (1954)
De arriba vino lluvia: persistía
la nieve aún en círculos gigantes sobre el liquen,
la estatuaria, el armo,
y se abría el carozo como un labio
a recoger la altura con el agua;
mientras como vestida para la muerte, la cala,
con su espita amarilla de beber la armonía,
salió a encontrar la fábula del mundo.
Oh, corazón, sal a mirar tanta dulzura,
tanta música tuya en el espacio:
las manos como peces, la espalda, el corazón,
brazos que juegan a nacer, que va a hablar,
y dice la rosa y gira, oh, corazón,
sal a mirar cómo gira hasta la perla pura inmóvil el
hombre
porque el pan ha crecido
y el costado del pan, junto a la lanza,
ha dado a la luz la espiga nuevamente.
La paloma y su eje con el pecho mojado.